Preguntas en Siete Esquinas

Fría, gris, re mil húmeda la tarde de éste lunes de junio en el campo. Tarde de lunes que se parece a un domingo, no solamente por que es feriado y al domingo se le suman unas horas, sino además por su fisonomía, su forma de presentarse, su personalidad.

Los domingos de invierno en Siete Esquinas cuando llovizna y se ven a lo lejos las hojas anaranjadas y marrones de los Robles, o las hojas bordó de los Fresnos, que se mezclan con el verde tupido de los Leylandis, no son para ignorarlos, siempre tienen alguna sorpresa encerrada en sus horas tranquilas.

A mí me llegó estando sentado al lado de la salamandra, tomando los primeros mates de la tarde, despues de haber hecho una siesta un poco más larga que lo habitual. Tiene que ver con el poder de las preguntas, con la poderosa herramienta que puede ser una buena pregunta y por supuesto, su respectiva respuesta.

Cada pregunta te acerca a vos mismo, te da una pista de hacia dónde tendriamos que ir…

Con cada pregunta estamos dándonos la oportunidad de descubrir algo que estaba necesitando salir. Una idea nueva, la manera de resolver tal situación, el motivo por que nos molestaba tal cosa, y así miles de repuestas más, se nos revelan gracias a las preguntas que nos disponemos a hacer, a hacernos.

Evitemos las respuestas que cierran puertas cuando necesitamos abrir caminos.

Evitemos darnos respuestas que nos cierran las puertas de nosotros mismos.

Escuchemos las respuestas que nos abren, nos hacen crecer, nos expanden.

Recordemos que las respuestas a las mejores preguntas, eres vos mismo, soy yo, somos nosotros.

Te invito a que te hagas una pregunta, esa que está ahí latente, esperando ser formulada, esa que te acerca más a vos.

Empiezo yo.

Quien quiero ser?

Quien querés ser?

Que tengas una maravillosa respuesta.

FM

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